La dependencia, como otros fenómenos emocionales, no se detecta fácil.
Tomemos la situación de la Navidad. Es un período en el que nos hacemos muy conscientes de lo que necesitamos del otro, de lo que dependemos de los demás. Nos acerca a lo que vivimos cenando solos o acompañados. queriendo hacerlo y no pudiendo, etc. Nos confronta a lo dependientes que somos de la necesidad de cercanía, la presencia de los que nos faltan.
Aceptar nuestra parte dependiente en las relaciones no está de moda. ¿Tendrá que ver con nuestra cultura actual que fomenta el individualismo y el éxito personal?
¿Por qué abordo este tema? Después de treinta años de trabajo como psicoterapeuta me doy cuenta de que este tema está en el fondo de muchos conflictos, aunque las personas que piden ayuda no suelen tener mucha conciencia de ello. Pueden ser problemas de pareja y de relaciones de todo tipo. En el muy abordado tema de los malos tratos, sorprendentemente apenas se toca este tema. Los problemas del trabajo que tenemos como terapeutas también tienen mucho que ver con el manejo de la dependencia en la relación terapéutica. Abordaré estos y otros aspectos en diferentes apartados.
No es extraño que la dependencia sea un tema nuclear en el trabajo de lo emocional: nacemos absolutamente dependientes. Considero que hay una tendencia creciente a verlo un fallo. Con muchos de mis pacientes aludo al niño que, tanto ellos como yo, llevamos dentro. En algunos de ellos veo que se han quedado atascados en un momento de sus primeros años que les fue particularmente traumático.
Toda relación afectiva conlleva elementos de dependencia.