Aprender a utilizar Psicodrama en nuestras terapias, ya sean individuales o en grupo, es una buena opción porque aporta espontaneidad, creatividad, acción y rapidez para abordar los problemas con las personas y con los grupos.
Quiero relataros una experiencia que me trae la idea de que en psicodrama una propuesta de acción con un paciente nunca es un fracaso, si el paciente no la acepta. Cuando es así, podemos ser la dimensión de sus resistencias a acercarse más intensamente por medio de la acción, a ese momento.
Culpabilidad de pareja
Fue una sesión individual con una paciente de mediana edad, casada con quien estoy trabajando sus problemas de pareja. Como es habitual, ella proyectaba en su marido la culpa de todo lo que sentía. Yo no me quedo callado en ese delegar toda la responsabilidad del malestar propio al otro.
Le confronté con que quien estaba allí era ella y con su parte, teníamos que trabajar.
Ella no tenía ningún poder para hacer que el otro cambiara y sí para explorarse y cambiarse ella.
Trabajando con psicodrama
Le invité a levantarse y explorar con el cuerpo lo constreñida y atemorizada que se sentía con él.
Con ello, quería incidir en sus sentimientos y lo que su cuerpo decía (Que es siempre mucho más que lo que dicen las palabras).
Ella se niega
Ella se negó. Pero seguíamos trabajando sentados el como sentía su cuerpo, que imagen le venía.
Le venía como estar cayendo por un agujero de perforación forrado de hierro. El inicio de la imagen era el de un accidente reciente en el que un niño murió al caer por un pozo de perforación.
Se sentía atrapada, constreñida como en una posición rígida de un “firme” militar. Su imaginación siguió creando y me comenta que ve que más abajo debe haber una cámara más amplia donde poder moverse.
Le sobrecogió, sobre todo, la oscuridad además de la rigidez. Esto hablando de cómo se siente corporalmente en relación a su momento en la pareja.
Pero ya esta hablando de ella misma. Yo pude ver que cuando baje más, tendrá más sitio.
Ella se libera
En un momento mueve la cabeza hacia los lados. Me llama la atención como un momento de liberación.
Reproduzco el movimiento. Ella me mira sorprendida: “¿Eso he hecho yo?” .“Sí”, le contesto.
Entonces ella cae en la cuenta de que ese movimiento de cabeza no cabe en una posición de “firmes” militar. Entonces ella vive corporalmente como fuera del pozo, libre, vuelta, y “con luz, mucha luz”.
Ha podido salir del malestar interno que achacaba solo a factores externos.
En psicodrama un no a una propuesta de acción tiene muchas posibilidades.
Goyo Armañanzas Ros. Psicodramatista y psiquiatra.