-Si. Deja eso y vamos a repasar lo que vas a pedir que te traigan.
-Un camión de bomberos, un juego de cosas de médicos y....una ametralladora muy grande.
-¿Ya has sido bueno este año?
-Si mamá. He sido obediente y he hecho todo lo que me habéis dicho.
-¿No te has escapado ningún día a la calle, cuando salgo?
-Ninguno mamá.
-Entonces te traerán todo. O casi todo. Lo de la ametralladora, seguramente que no.
-¿Por qué, mamá?
-Porque una ametralladora es para hacer mucho daño a las personas.
-Pero el año pasado, que tenia seis años, ya me echaron unas pistolas de vaquero.
-Cada año es diferente. Y estas navidades también.
-Si, mamá. Este año me gusta mucho tener solo la luz de las velas. Cuando hay algun ruido fuera miro la puerta de la calle y me parece que ya están colocándome los regalos. Subo rápido las escaleras, abro y solo hay nieve. Ningún rastro de pisadas, nada. Te obedezco: me vuelvo rápido y no salgo. Pero hace mucho que no voy a jugar...
-Estas navidades toca jugar a que hay unos trols malos y los tenemos que echar.
- ¡Bieen! ¿Por eso estamos en el sótano, sin ventanas?
-¡Claro! aquí no pueden entrar.
-¿Ves por que he pedido una ametralladora de laser? ganaríamos enseguida.
-¡Claro! pero entonces no habría juego mas que para un día y tiene que durar.
-Por lo menos me echarán lo de los médicos y el camión de bomberos.
-Seguro, son muy importantes.
-Si, mamá, escucho a los bomberos muchas veces y hasta sueño.
-¿Qué sueñas, hijo?
-Esta noche he soñado que había unos malos. Yo les decía que iba a sacar mi ametralladora laser. Que era mentira, porque no tenia mas que las piedras del suelo. Pero ellos se asustaban mucho, se iban corriendo y desaparecían, porque yo no tenia miedo. Yo seguía su rastro en la nieve que se veía muy bien. De repente toda la nieve tan blanca se ponía roja. ¡Que raro! la nieve nunca es roja.
-Veo que has soñado en color, hijo.
-¿Pero la nieve roja?
-No sé... Los sueños son así... ¡Será el rojo de Papá Noel! Eso.
-Me gustaba darles mucho miedo. Así que con la laser...
-No te guste tanto eso. A veces la gente, cuando tiene miedo, aunque les parezca que no lo tienen, hace daño a los mas débiles: mujeres y niños. Así se lo quitan y se sienten fuertes.
-¡Yo no tenia miedo!
-Ya...
-¿Oyes, mamá?
-Si, hijo, más fuegos artificiales.
-¡Jo! y no puedo salir a verlos. ¡Qué grandes deben de ser!.
-Cierra los ojos, ¿los puedes ver?
-Sii. ¡Qué bonitos! los veo rojos, amarillos, verdes, rojos otra vez, una palmera gigante y de las ramas salen otros azules, y de ahí amarillos...seguro que han asustado muchísimo a los trols y podemos salir.
-¡Papaá!¡cuanto has tardado!
-¡Hola, cariño!
-¿Has visto a los trols?
-Bueno, sí.
-Ves mamá, papá también lleva una ametralladora, aunque no sea láser. ¿No, papá?
-Si hijo. La batida del jabalí.
-Claro, por eso llevas ropa de camuflaje.
-Claro. Eso.
-¡Que fuerte ese fuego! ¡Bien! Ha temblado hasta nuestro sótano ¿Qué haces papa? son fuegos.
-Pero ¿Qué le cuentas al niño?
-Si, fuegos artificiales. ¡A cenar!
-¿Qué tenemos, esposa?
-Pollo asado.
-¿No hay cordero, mamá? pero si eso lo comemos cualquier domingo.
-Lo comíamos hijo. Los pollos se escaparon de las granjas, se hicieron salvajes y ahora es algo muy escaso. Papá tiene que salir a cazarlos.
-Yo lo sé todo: es nochebuena la noche en que nació el Niño Jesús. ¿No es así, mamá?
-Eso, el Divino Niño. Y con él celebramos tu nacimiento y el de todos los niños.
-Ya, mamá ¿Por eso has venido esta noche a casa, papá?
-No te entiendo, hijo.
-Porque todos los animales que cazas tendrán hijos.... ¿Por que lloras, papá? ¿he dicho algo mal?
-No hijo. Estoy muy orgulloso de que digas eso. Tenemos que llorar. Todos tenemos que llorar.